Bochornos: Guía para Atletas e Individuos Activos - Featured image for article about steroid education
17 settembre 20255 min

Bochornos: Guía para Atletas e Individuos Activos

FitKolik

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Pubblicato il 17 settembre 2025

Bochornos son una sensación repentina e intensa de calor, a menudo acompañada de sudoración y taquicardia. Si bien se asocian más comúnmente con la menopausia, pueden tener un impacto significativo en atletas e individuos activos, afectando el rendimiento, la recuperación y el bienestar general. Este artículo profundizará en las causas de los bochornos, su relación específica con los deportes, los posibles efectos secundarios para los atletas y las estrategias para su manejo y mitigación.

La base hormonal de los bochornos
Como menciona el texto proporcionado, los bochornos son una respuesta a una disminución de los niveles de estrógeno. El hipotálamo, la parte del cerebro responsable de regular la temperatura corporal, malinterpreta este cambio hormonal. Cree erróneamente que el cuerpo se está sobrecalentando y desencadena una serie de eventos para enfriarlo, lo que lleva a la sensación familiar de un bochorno.

En las mujeres, esta caída de estrógeno es un sello distintivo de la transición menopáusica. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las fluctuaciones hormonales también pueden ocurrir en atletas por otras razones, como el sobreentrenamiento, la restricción calórica o ciertas afecciones médicas.

Los desafíos únicos de los bochornos para los atletas
Para un atleta, un bochorno no es solo un breve momento de incomodidad; puede interferir directamente con el entrenamiento y la competición.

Termorregulación: El cuerpo de un atleta ya está trabajando duro para regular su temperatura durante el ejercicio. Cuando se produce un bochorno, este sistema se desordena. La temperatura central del cuerpo aumenta, lo que lleva a un aumento de la sudoración y una sensación de rubor. Esto puede ser especialmente problemático en ambientes cálidos o húmedos, ya que agrava la respuesta natural del cuerpo al ejercicio, lo que potencialmente lleva al sobrecalentamiento.
Impacto en el rendimiento: La sensación repentina de debilidad, mareo o taquicardia durante un bochorno puede comprometer el rendimiento de un atleta. Puede interrumpir la concentración, reducir la resistencia e incluso provocar la necesidad de detenerse o disminuir significativamente la velocidad.
Trastornos del sueño: Los bochornos que ocurren por la noche se conocen como "sudoraciones nocturnas". Estos pueden despertar a un atleta del sueño, lo que lleva a fatiga, mala recuperación y un impacto negativo en la sesión de entrenamiento o competición del día siguiente. El sueño es crucial para la reparación muscular y el rendimiento, por lo que cualquier cosa que interfiera con él puede tener un efecto en cascada en la salud de un atleta.

El papel más amplio del estrógeno en el rendimiento deportivo
El estrógeno es una hormona vital para las atletas femeninas, y sus fluctuaciones tienen efectos de amplio alcance más allá de los bochornos. Las investigaciones sugieren que el estrógeno juega un papel clave en:

Salud muscular y ósea: El estrógeno ayuda a mantener la masa muscular y la fuerza, y es crucial para la densidad ósea. Una disminución del estrógeno puede provocar una disminución de la fuerza y ​​un mayor riesgo de pérdida ósea y fracturas.
Resistencia y recuperación: El estrógeno parece mejorar la resistencia y el rendimiento cardiovascular al influir en la ingesta de oxígeno y la circulación. También puede ayudar a reducir el daño muscular y acelerar la recuperación después de un entrenamiento.
Salud de ligamentos y tendones: Si bien el estrógeno mejora la función ósea y muscular, los niveles altos también pueden aumentar la laxitud de los tendones y ligamentos, haciendo que los atletas sean más propensos a ciertas lesiones, como las roturas de LCA. Este es un aspecto complejo del equilibrio hormonal que los atletas deben considerar.

Manejo de bochornos y fluctuaciones hormonales
Para las atletas que experimentan bochornos u otros síntomas relacionados con cambios hormonales, un enfoque multifacético para el manejo suele ser el más efectivo.

Modificaciones del estilo de vida:
Evitar los desencadenantes: Identificar y evitar los desencadenantes personales es un primer paso crítico. Los desencadenantes comunes incluyen alimentos picantes, cafeína, alcohol y estrés. Llevar un diario puede ayudar a un atleta a identificar sus desencadenantes específicos.
Control de la temperatura: Las atletas pueden ayudar a que sus cuerpos se mantengan frescos usando ropa holgada y que absorba la humedad, usando ventiladores o aire acondicionado y tomando agua helada durante los entrenamientos.
Manejo del ejercicio: Si bien el ejercicio regular es beneficioso para la salud general y puede ayudar a controlar los bochornos, los aumentos repentinos y agudos de la actividad o los entrenamientos de alta intensidad a veces pueden desencadenarlos. Una atleta puede considerar ajustar su rutina para incluir entrenamientos de intensidad más moderada o hacer ejercicio en un ambiente más fresco.
Técnicas mente-cuerpo: Prácticas como ejercicios de respiración profunda, meditación de atención plena o terapia cognitivo-conductual (TCC) pueden ayudar a controlar el estrés y la ansiedad que pueden preceder o acompañar a un bochorno.

Opciones médicas y farmacológicas:
Terapia hormonal: La terapia hormonal, que puede incluir estrógeno, ha demostrado ser eficaz para aliviar las molestias de los bochornos en muchas mujeres. Es esencial que las atletas consulten con un profesional de la salud para discutir los posibles beneficios y riesgos.
Medicamentos no hormonales: Para las atletas que no pueden o eligen no usar terapia hormonal, los medicamentos recetados no hormonales pueden ser una opción. Estos pueden incluir ciertos antidepresivos, medicamentos anticonvulsivos y otros medicamentos que actúan sobre el sistema de regulación de la temperatura del cerebro.
Ajustes nutricionales: Una dieta equilibrada rica en proteínas, carbohidratos complejos y grasas saludables es crucial para el equilibrio hormonal y el rendimiento general. Algunos estudios sugieren que una dieta rica en estrógenos vegetales, como los que se encuentran en los productos de soja y los cereales integrales, también puede ayudar con los síntomas de los bochornos.

Conclusión
Las fluctuaciones hormonales y los bochornos no son solo una parte del envejecimiento; son una realidad fisiológica que puede afectar significativamente a los atletas. Al comprender las causas subyacentes y sus efectos específicos en el rendimiento, los atletas pueden controlar proactivamente sus síntomas. Al combinar cambios estratégicos en el estilo de vida con asesoramiento médico profesional, pueden continuar entrenando eficazmente, recuperándose adecuadamente y desempeñándose al máximo, independientemente de dónde se encuentren en su viaje hormonal.