Estrogeno, a menudo considerado una hormona femenina primaria, también desempeña un papel crucial en la salud masculina. Mantener un nivel equilibrado de estrógeno es esencial, ya que tanto los niveles excesivamente bajos como los altos pueden provocar una variedad de problemas de salud. Este artículo explora el impacto del desequilibrio de estrógenos en los hombres y analiza las posibles opciones de tratamiento.
Los peligros del bajo nivel de estrógeno en los hombres
Si bien se necesita algo de estrógeno, los niveles insuficientes pueden tener consecuencias significativas:
Salud ósea deficiente: El estrógeno contribuye a la densidad ósea en los hombres. Los niveles bajos pueden provocar huesos más débiles, lo que aumenta el riesgo de osteoporosis y fracturas.
Impacto en la regulación del comportamiento: El estrógeno influye en el estado de ánimo y las funciones cognitivas. Los desequilibrios pueden afectar la estabilidad emocional y la regulación general del comportamiento.
Disminución del deseo sexual: El estrógeno, junto con la testosterona, juega un papel en la libido masculina. El bajo nivel de estrógeno puede contribuir a una disminución del deseo sexual.
Problemas del sistema inmunitario: El estrógeno tiene efectos moduladores sobre el sistema inmunitario, y los niveles bajos pueden provocar una respuesta inmunitaria comprometida.
Problemas de sensibilidad de los receptores: Los receptores de estrógeno están presentes en todo el cuerpo masculino. El bajo nivel de estrógeno puede provocar problemas en el funcionamiento adecuado de estos receptores, afectando a varios procesos corporales.
Los riesgos asociados con los altos niveles de estrógeno en los hombres
Por el contrario, un exceso de estrógeno en los hombres también puede ser perjudicial, lo que lleva a un conjunto de problemas de salud:
Ginecomastia (aumento del tamaño de las mamas masculinas): Uno de los síntomas más notables del alto nivel de estrógeno es el crecimiento del tejido mamario masculino. El estrógeno estimula el desarrollo del tejido mamario, y los niveles elevados pueden provocar ginecomastia.
Diabetes: Los altos niveles de estrógeno se han relacionado con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Problemas cardiovasculares: El estrógeno elevado puede aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos y, en casos graves, contribuir al riesgo de accidente cerebrovascular.
Ciertos tipos de cáncer: Los estudios sugieren una correlación entre los altos niveles de estrógeno y un mayor riesgo de cánceres específicos, como el cáncer de mama y de próstata en los hombres.
Infertilidad: El estrógeno es en parte responsable de la producción saludable de espermatozoides. Cuando los niveles de estrógeno son altos, los niveles de espermatozoides pueden disminuir, lo que puede provocar problemas de fertilidad.
Disfunción eréctil (DE): Los hombres con altos niveles de estrógeno pueden tener dificultades para lograr o mantener una erección.
Tratamiento del desequilibrio de estrógenos
Si sospecha que tiene un desequilibrio de estrógenos, es crucial consultar a un profesional de la salud para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados. Dependiendo de la causa y la gravedad del desequilibrio, se pueden recetar varios medicamentos.
Para los altos niveles de estrógeno, particularmente aquellos relacionados con la aromatización (conversión de testosterona a estrógeno), los médicos pueden recetar inhibidores de la aromatasa:
Anastrozol (Arimidex): Este medicamento actúa bloqueando la enzima aromatasa, reduciendo así la producción de estrógeno.
Exemestano (Aromasin): Otro inhibidor de la aromatasa que desactiva irreversiblemente la enzima aromatasa.
Letrozol (Femara): Un potente inhibidor de la aromatasa que se utiliza a menudo para reducir significativamente los niveles de estrógeno.
En algunos casos, especialmente cuando el desequilibrio está relacionado con las gónadas, se pueden considerar medicamentos que detengan la producción de estrógeno de los ovarios (en mujeres, o a veces usados fuera de etiqueta en hombres para impactar el eje HPG) o que supriman la actividad hormonal. Si bien los siguientes se usan principalmente en mujeres o para afecciones específicas, impactan la producción hormonal:
Goserelina (Zoladex): Un agonista de la GnRH (hormona liberadora de gonadotropina) que, después de un aumento inicial, regula a la baja los receptores de GnRH, lo que lleva a una disminución de la producción de estrógeno (y testosterona).
Leuprolida (Lupron): Similar a la goserelina, la leuprolida es un agonista de la GnRH que suprime la producción de hormonas sexuales.