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23 de noviembre de 20254 min

Testosterona en un Período de Definición: Preservación Muscular en un Déficit Calórico

FitKolik

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Publicado el 23 de noviembre de 2025

Para atletas y entusiastas del fitness, la "fase de definición" – un período de restricción calórica destinado a reducir la grasa corporal mientras se preserva la masa muscular – es un esfuerzo común pero desafiante. El delicado equilibrio entre perder grasa y mantener el músculo ganado con esfuerzo a menudo se siente como caminar sobre la cuerda floja. La sabiduría tradicional dicta que un déficit calórico significativo, aunque eficaz para la pérdida de grasa, inevitablemente conduce a cierto grado de catabolismo muscular, exacerbado por la disminución natural de los niveles de testosterona endógena. Sin embargo, investigaciones recientes arrojan luz sobre una intervención poderosa que podría alterar fundamentalmente este paradigma: la administración de testosterona exógena.


Un estudio notable exploró el impacto de las inyecciones de testosterona en la composición corporal durante un déficit calórico severo. Los participantes fueron sometidos a un intenso déficit calórico del 55% durante 28 días, una condición diseñada para empujar al cuerpo a un estado significativo de agotamiento de energía. Este déficit extremo sirvió como telón de fondo para dos grupos distintos: uno que recibió inyecciones de testosterona enantato (200 mg por semana) y otro que recibió un placebo. Los resultados fueron sencillamente notables.


El grupo placebo, a pesar de su diligente adherencia a la restricción calórica, experimentó un resultado predecible: una pérdida de 1 kilogramo de músculo junto con 4 kilogramos de grasa. Esto ilustra la dificultad inherente para los atletas en mantener la integridad muscular bajo severas restricciones energéticas, una frustración común para muchos que se someten a intensas definiciones pre-competición o ajustes de categorías de peso.


En marcado contraste, el grupo que recibió inyecciones de testosterona no solo preservó el músculo sino que lo ganó significativamente. Estos individuos ganaron unos impresionantes 4 kilogramos de masa muscular magra mientras que simultáneamente perdieron 5 kilogramos de grasa corporal. Este hallazgo es un cambio de juego, demostrando que la testosterona exógena no solo puede prevenir los efectos catabólicos típicamente asociados con las dietas extremas, sino que también puede promover un estado anabólico robusto, lo que lleva a la acumulación de músculo incluso en un entorno severamente hipocalórico.


Las implicaciones para los atletas son profundas. Durante los períodos de entrenamiento intenso y dietas agresivas, como la preparación previa a la competición o la rápida pérdida de peso para categorías deportivas específicas, mantener la fuerza y la potencia muscular es primordial. La caída natural en los niveles de testosterona bajo estas condiciones puede comprometer el rendimiento y la recuperación, aumentando el riesgo de lesiones y obstaculizando el máximo rendimiento atlético. El estudio destaca que incluso una dosis relativamente modesta de testosterona puede contrarrestar estos efectos perjudiciales, ofreciendo potencialmente una ventaja estratégica.


Además, la investigación apunta a un aumento en la expresión del receptor de andrógenos dentro del grupo de testosterona, lo que sugiere una mayor sensibilidad a los andrógenos que podría contribuir a la respuesta anabólica mejorada. Si bien el estudio utilizó una dosis de 200 mg por semana, también reconoció que incluso las dosis fisiológicas (alrededor de 100 mg por semana) podrían ser efectivas para prevenir la pérdida muscular que se observa típicamente en los déficits calóricos.


Es crucial comprender que, si bien estos hallazgos son convincentes, el uso de hormonas exógenas en los deportes se rige por estrictas regulaciones antidopaje y consideraciones éticas. El propósito de discutir dicha investigación es comprender los mecanismos fisiológicos en juego y las posibles intervenciones farmacológicas que existen, en lugar de respaldar su uso sin la supervisión médica adecuada y el cumplimiento de las reglas del organismo rector de los deportes.


En conclusión, esta investigación proporciona una poderosa ilustración del profundo impacto de la testosterona en la composición corporal, particularmente en el contexto desafiante de un déficit calórico severo. Para los atletas, comprender estos mecanismos puede informar futuras estrategias nutricionales y de entrenamiento, y una mayor investigación sobre métodos seguros y éticos para optimizar el equilibrio hormonal durante las fases de entrenamiento intenso sin duda continuará evolucionando.