La hormona adrenocorticotrópica (ACTH) es una hormona trópica segregada por la hipófisis anterior. Como su nombre indica, la ACTH estimula principalmente la corteza suprarrenal, dando lugar a la producción de hormonas clave como el cortisol y los andrógenos.
Cómo funciona la ACTH:
Secreción: El hipotálamo libera la hormona liberadora de corticotropina (CRH), que indica a la hipófisis que libere ACTH.
Objetivo: La ACTH se une a los receptores de la corteza suprarrenal.
Respuesta: Se desencadena un aumento de la producción de cortisol (la principal hormona del estrés) y, en menor medida, de andrógenos.
Equilibrio entre ACTH y cortisol
La ACTH y el cortisol funcionan en un bucle de retroalimentación. Cuando aumenta el cortisol, normalmente disminuye la secreción de ACTH. Sin embargo, en casos de desequilibrio hormonal, tanto el cortisol como la ACTH pueden permanecer elevados.
ACTH elevada → Cortisol elevado
Efectos:
-Altera el balance de nitrógeno, pudiendo conducir a la degradación muscular.
-Influye en el metabolismo del potasio y del fosfato.
-El exceso de cortisol puede contribuir al desequilibrio de fosfato, reduciendo la producción de energía celular.
En el tratamiento médico, se utiliza Sevelamer (marca comercial "Renagel", a veces denominado redupho), un aglutinante de fosfato, para reducir los niveles de fosfato fijándolo en el intestino e impidiendo su absorción. Si bien esto es terapéutico en los pacientes renales, una reducción similar de la disponibilidad de fosfato en los atletas podría perjudicar la producción de ATP, la principal moneda energética del cuerpo.
Por qué la ACTH y el cortisol son importantes para los atletas
Para los atletas, especialmente los que participan en el entrenamiento intenso, culturismo, o deportes de competición, los niveles de ACTH y cortisol son críticos:
Masa muscular y recuperación
El cortisol es catabólico: su elevación prolongada conduce a la degradación de las proteínas musculares y a la pérdida del equilibrio de nitrógeno.
Los deportistas con niveles de cortisol constantemente elevados pueden tener dificultades para desarrollar o mantener la masa muscular.
Equilibrio electrolítico y energético
Las alteraciones en el potasio y el fosfato pueden perjudicar la contracción muscular, la función nerviosa y la producción de ATP.
Si se reduce la disponibilidad de fosfato (ya sea por medicación como Sevelamer o por un desequilibrio relacionado con el cortisol), el rendimiento y la recuperación pueden verse afectados.
Estrés y rendimiento
Mientras que el cortisol a corto plazo aumenta el rendimiento mediante la movilización de energía, su elevación crónica reduce la resistencia y la capacidad de recuperación.
Los deportistas sometidos a un estrés constante (carga de entrenamiento, presión de la competición, falta de recuperación) pueden experimentar una supresión de hormonas anabólicas como la testosterona.
Implicaciones prácticas para los deportistas
Controlar el estrés y la recuperación: El sobreentrenamiento sin un descanso adecuado eleva la ACTH y el cortisol.
Nutrición: Asegurar el consumo de alimentos ricos en fosfatos (carnes, pescados, legumbres) para favorecer el metabolismo energético.
Sueño: Un sueño reparador regula el ritmo ACTH-cortisol, ayudando a optimizar la recuperación.
Revisiones médicas: La fatiga persistente, la pérdida de masa muscular o las alteraciones electrolíticas pueden justificar un control de los niveles de ACTH y cortisol, así como del estado de los fosfatos.

